

Tras su derrota por 20-13 ante los Denver Broncos, los Kansas City Chiefs han concluido su temporada de la NFL con un récord de 6-11. A pesar de tener numerosos titulares en la lista de lesionados y sin una plaza de playoff en juego, el equipo mantuvo a sus jugadores experimentados en el campo, proporcionando mínimas oportunidades a su plantilla más joven para adquirir experiencia crucial en el campo. En su conferencia postpartido, el entrenador Andy Reid subrayó que se incluyeron jugadores jóvenes, calificándolo como un paso positivo para su desarrollo. Sin embargo, a muchos de estos atletas se les dieron pocas oportunidades para demostrar verdaderamente sus habilidades o aprender a través de la experiencia. Ofensivamente, Brashard Smith, Jalen Royals y Hunter Nourzad recibieron tiempo de juego extremadamente limitado, con Smith siendo altamente efectivo en sus seis jugadas ofensivas. Del mismo modo, jóvenes defensores como Jaden Hicks, Kristian Fulton y Nohl Williams se encontraron en el campo más por necesidad que por una elección estratégica orientada al crecimiento. Cooper McDonald intervino como linebacker SAM, mientras que Kevin Knowles y Jeffrey Bassa vieron una acción mínima, a pesar de mostrar potencial. Este enfoque plantea la cuestión del desarrollo futuro, ya que los Chiefs parecen perder una oportunidad vital para invertir en y construir la confianza de sus talentos emergentes de cara a la crítica temporada 2026.