

Ereván, 14 de noviembre — /ARKA/. El régimen de metas de inflación (IT), que durante décadas se consideró un instrumento universal y eficaz para estabilizar los precios, no proporcionó ventajas durante el choque inflacionario global de 2022. Como escribe Vedomosti, tales conclusiones se contienen en el informe del FMI Cómo se Combatió la Inflación en 2022: Un Análisis Comparativo de Bancos Centrales que Establecen Metas de Inflación y los que No las Establecen. Los cálculos del FMI mostraron que, a pesar de aumentos decisivos y tempranos de las tasas, los bancos centrales con un régimen de metas de inflación no lograron un rendimiento estadísticamente significativamente mejor que sus contrapartes sin metas. Los autores analizaron datos de 70 países, 33 de los cuales tenían metas de inflación y 37 no. Los países con la política de banco central más rigurosa incluían Japón, Indonesia, Rusia, la República Checa, Canadá, Israel, Islandia y otros. Los países que no perseguían metas de inflación incluían a Estados Unidos, China, Suiza, Vietnam, Singapur, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y otros. Durante un episodio de inflación, impulsado no por un sobrecalentamiento de la demanda sino por choques externos, como la guerra, la volatilidad de los precios de la energía y las interrupciones logísticas, los bancos centrales con política de metas de inflación no arrojaron resultados perceptibles en comparación con otros bancos centrales, señalan los expertos del FMI. En 2024, los expertos del BIS llegaron a conclusiones similares en el trabajo de investigación Regla de Taylor: Algunas Evidencias y Teoría. Los economistas sostienen que la política monetaria no debe ser demasiado estricta si la inflación está impulsada por limitaciones de oferta y no por el crecimiento de la demanda. Los investigadores del BIS propusieron un nuevo concepto: la Regla Objetivo de Taylor, basado en la doctrina de la Reserva Federal, que aboga por una política más suave cuando la inflación está impulsada por factores de oferta. La Regla de Taylor es un modelo clásico utilizado por los bancos centrales al decidir la tasa de política monetaria en función de la inflación, el PIB y otras condiciones económicas. ¿Por qué se explica esto? Los cálculos del FMI, sorprendentes incluso para los propios autores, muestran que en ambos grupos, países con metas de inflación y países sin ellas, la inflación en 2022 promedió alrededor del 9%, sin exceder los límites de significado estadístico. Los investigadores, buscando una evaluación más objetiva de la política, añadieron un factor de efectos fijos (un modelo estadístico utilizado para analizar datos y tener en cuenta diferencias específicas no observadas entre países), como señala Vedomosti. Esto ayudó a reducir la influencia de las diferencias en la estructura económica entre los países que persiguen la meta y los que no. Los autores concluyen que la inflación moderna cada vez más a menudo resulta de una merma de la oferta y no del crecimiento de la demanda, y, en este caso, el modelo clásico de inflación impulsada por la demanda funciona peor. Cuando los aumentos de precios son causados por factores externos, los hogares y las empresas son menos propensos a esperar que la política monetaria reduzca rápidamente la inflación, escriben los expertos del FMI. La confianza en el banco central depende no tanto de las declaraciones como de la rápida contención de la inflación real, señalan el FMI. Este es uno de los principios de la meta de inflación: la naturaleza pública de las declaraciones de los bancos centrales y la rendición de cuentas del regulador respecto a los niveles de precios. Y sin embargo, el FMI no está dispuesto a descartar por completo la meta de inflación. La organización argumenta que puede ser útil, especialmente en países propensos a desequilibrios de demanda y donde la confianza en el banco central apenas se está formando. Pero en las realidades actuales, los reguladores requieren un enfoque más flexible, dicen los autores del informe. Un periodo de estabilidad en el comercio es seguido por un periodo de problemas estructurales en las cadenas de suministro, enfatiza el FMI, al aludir a eventos recientes relacionados con guerras arancelarias, y que en la situación actual la política de metas de inflación, al igual que en 2022, corre el riesgo de no entregar resultados. Esto no solo se debe a tensiones entre China y Estados Unidos, sino también a tensiones en el Medio Oriente y al creciente nacionalismo económico, señala el informe.