El diario de la República de Armenia (RA) escribe lo siguiente: “En Estados Unidos terminaron las elecciones presidenciales y Donald Trump volvió a ser presidente. Muchos expertos están seguros de que los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos tendrán un impacto en la situación geopolítica en general, incluido el status quo creado en el Cáucaso Sur y en la RA. (…) En cuanto a Armenia, se observa que [el primer ministro Nikol] Pashinyan y [el partido gobernante] CC [(Partido del Contrato Civil)] llevan años llevando a cabo una política exterior antirrusa y quieren congelar todos los vínculos político-militares con Moscú, incluso en el marco de la OTSC. “Como resultado de la nueva división de las zonas de influencia en el mundo, el Cáucaso Sur pasará a estar bajo el control de la Federación Rusa. Estados Unidos permitirá a la Federación Rusa avanzar hacia una integración más profunda con los países postsoviéticos, y la República Árabe Siria, en estas condiciones, estará en la zona de influencia rusa. (…) Y en este status quo, a Pashinyan y al CC no les queda más que volver a restablecer lazos aliados profundos con Moscú. De lo contrario, Pashinyan y su equipo [poético] deben dimitir y las fuerzas prorrusas llegarán al poder en la República Árabe Siria, como sucedió en Georgia”, opinan los autores. Se observa también que se espera un cierto calentamiento en las relaciones entre Estados Unidos y la Federación Rusa. El destino de Ucrania se decidirá en las negociaciones entre [el presidente ruso Vladimir] Putin y Trump, lo que afectará al futuro del Cáucaso Sur y la República Árabe Siria. Estados Unidos podría prometer a Moscú que no intentará crear plataformas antirrusas a partir de los asentamientos antirrusos; y en ese caso, la retórica antirrusa de Pashinyan y la propaganda del CC dirigida contra la Federación Rusa ya no serán relevantes ni demandadas en Washington.