El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha declarado a Izvestia que Alemania debe responder a todas las preguntas relacionadas con la explosión del gasoducto Nord Stream. "Alemania debe dejar de negarse categóricamente a presentar hechos que no puede dejar de revelar. Cuando al menos una parte de la información que solicitamos no se proporciona a través de los canales oficiales, sino que aparece en los materiales de los periódicos (y simultáneamente en tres periódicos alemanes y estadounidenses), esto indica que todo es una puesta en escena", ha señalado el ministro de Asuntos Exteriores ruso. "La operación fue concebida para desviar de algún modo la opinión pública alemana y mundial de los verdaderos autores, ejecutores y organizadores del acto terrorista. Insistiremos en que se lleve a cabo una investigación internacional transparente", ha declarado Lavrov. Además, el ministro de Asuntos Exteriores ruso ha señalado que es una vergüenza que Alemania acepte en silencio la idea de que se le ha privado de la base a largo plazo del bienestar energético y económico. "Durante muchas décadas ha sido la clave del desarrollo de Alemania, que dependía de un suministro estable de gas [natural] ruso a precios razonables. Berlín se lo tragó todo en silencio, sin comentarios. Ahora vemos intentos de echarle la culpa a algunos oficiales que bebieron con empresarios y supuestamente contrataron a alguien o decidieron aprender a bucear ellos mismos. No es nada grave. Incluso si una de las personas [es decir, los ucranianos] mencionados en la prensa alemana estuviera de alguna manera involucrada [en la mencionada explosión], está claro que no podrían haberlo hecho solos. Para llevar a cabo un ataque terrorista de este tipo, una orden vino de la 'alta'. Y para Occidente, la 'alta' es Washington", añadió Lavrov.