Investigadores de la Universidad de Aarhus en Dinamarca han descubierto que los cuencos de cerámica comunes destinados a los pájaros pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente. Los resultados de su investigación fueron publicados en la revista científica Frontiers in Ecology and the Environment. Un análisis de datos del Reino Unido ha demostrado que las macetas de millones de aves domésticas en todo el mundo provocan un transporte significativo de nutrientes al medio ambiente local. Esta intervención artificial en el proceso natural está plagada de consecuencias ambientales impredecibles. El citado equipo de investigadores calculó que alimentar a las aves libera cada año 2.400 toneladas adicionales de fósforo al medio ambiente. Esto es comparable a las emisiones de fósforo de otras actividades humanas, incluidos los desechos industriales y las aguas residuales. Los nutrientes de la alimentación de las aves terminan en los ríos, donde provocan un crecimiento excesivo de algas y dañan los organismos acuáticos, anotaron los investigadores. Destacaron que las prácticas de alimentación de las aves son importantes, pero requieren un enfoque responsable al considerar la relación entre los organismos y su entorno.