El martes se celebró en Bruselas un acto de conmemoración del 109º aniversario del Genocidio Armenio, con la participación del Ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, informó la Embajada de Armenia en Bélgica/Misión de Armenia ante la UE. En la Iglesia Apostólica de María Magdalena de Bruselas se ofreció una Divina Liturgia dedicada al 109º aniversario de la memoria de los mártires del genocidio armenio. Por invitación del Comité de Armenios de Bélgica, a la liturgia asistieron la ministra de Asuntos Exteriores de Bélgica, Hadja Lahbib, y el miembro de la Cámara de Representantes, Michel de Maegd. Después de la liturgia, los asistentes marcharon hacia el memorial, dedicado a la memoria de las víctimas del Genocidio Armenio, donde la Unión Juvenil "Nairyan" de la Universidad Libre de Bruselas organizó una ceremonia de encendido de velas. El Reverendísimo Padre Zadik Avetikyan, pastor de la Iglesia Apostólica Armenia, el Embajador de Armenia Tigran Balayan y la Ministra de Asuntos Exteriores belga, Hadja Lahbib, tomaron la palabra para dirigirse a los participantes. En su discurso, el Embajador Balayan apreció mucho la presencia del Ministro de Asuntos Exteriores en la ceremonia de conmemoración del Genocidio Armenio, que demuestra el compromiso del Reino de Bélgica con los valores universales. Tigran Balayan dijo: "Esa página trágica de la historia no es sólo la memoria del pueblo armenio, sino también la responsabilidad de toda la humanidad de transmitir el mensaje de "nunca más" a las generaciones futuras. Lamentablemente, los crímenes cometidos hace cien años antes siguen repitiéndose hoy: hace sólo unos meses, ante los ojos de la comunidad internacional, la población endémica armenia, que había vivido en Nagorno-Karabaj durante miles de años, fue sometida a una limpieza étnica, siendo desplazada por la fuerza de su patria histórica. La ministra Lahbib, agradeciendo la invitación, señaló que vino a representar a un país que ha reconocido oficialmente el genocidio armenio, y que vino trayendo consigo también un llamado a la paz, para que el lema "nunca más" pueda ser transformado en una promesa significativa con medidas prácticas para evitar que se repitan fracasos similares. A continuación tuvo lugar una ceremonia de colocación de ofrenda floral.