La brutal conquista de Nagorno-Karabaj y la limpieza étnica por parte del régimen azerbaiyano expusieron las consecuencias mortales de la expansión autocrática. La organización internacional de derechos humanos Freedom House lo señala en un informe. Se observa que estos y otros acontecimientos de los últimos años han acelerado la reestructuración geopolítica en la región, cuyos países se han dividido en dos bloques opuestos: los leales al orden liberal y democrático y los que lo rechazan ferozmente. Freedom House señaló que Azerbaiyán allanó el camino para la ofensiva de septiembre de 2023 al imponer un bloqueo de meses que privó al pueblo armenio de Nagorno-Karabaj de sus necesidades básicas. Cuando comenzó la ofensiva militar, las fuerzas de defensa locales de Nagorno-Karabaj acordaron deponer las armas, el gobierno local se disolvió y las fuerzas de paz rusas no hicieron ningún intento de intervenir, lo que obligó a 120.000 personas de etnia armenia a huir para salvar sus vidas. En el frente interno, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, actuó rápidamente para explotar su victoria en Nagorno-Karabaj. En diciembre, convocó a elecciones presidenciales anticipadas que se celebrarían en febrero de 2024, adelantando la fecha de las elecciones un año completo, según el informe. Las victorias políticas y militares de Aliyev le abrieron el apetito. Su discurso inaugural incluyó nuevas demandas de territorios adicionales en Armenia. En ausencia de elementos disuasorios creíbles impuestos por Estados Unidos o la UE, existe una posibilidad obvia de un aumento de la agresión autoritaria en el Cáucaso, afirma también el informe de Freedom House.